Comunidades
Como una película donde la bomba está apunto de detonar y comienza la cuenta regresiva con 5, 4, 3, 2… así se sentía Doña Ana en su propia casa. Las condiciones de las redes internas estaban en tan mal estado que era cuestión de tiempo para que sucediera algún hecho lamentable.
Era una tela de araña con alambres mal empalmados, algunos con fundas y otros al descubierto. Los tomacorrientes estaban sin tapas y colgando en el aire. No había interruptores y las pocas veces que los bombillos se apagaban era necesario darle vueltas. La energía eléctrica entraba directa a la casa porque no contaba con protección de fusibles (caja de break).
Había una situación crítica en el municipio de Puñal, Santiago y por esta razón fue la casa seleccionada para la práctica final de los estudiantes del Plan de Formación de Electricistas Comunitarios para la rehabilitación de las redes internas. Si antes Doña Ana y su familia vivían en la incertumbre, ahora pueden descansar tranquilos.
“Con mis redes rehabilitadas en mi casa ahora pago menos”
La seguridad de Doña Ana Colón y de los suyos es importante, y saber que al final de mes están pagando menos por el servicio de energía, después de la rehabilitación de las redes internas, es un gran valor agregado.
Los dos primeros meses del 2018 el medidor registraba 254 kW/h en promedio y luego del trabajo de los electricistas comunitarios en marzo comenzó el descenso en el consumo. En su última facturación, correspondiente a abril del año en curso, registró 144 kW/h. Consumiendo menos, pagas menos.
Este caso es un buen ejemplo de que las redes en mal estado en tu hogar pueden incrementar el monto de tu factura y que podrías ahorrar dinero combinando la rehabilitación de las mismas y haciendo un uso eficiente de la energía.
Instalaciones internas antes de la intervención
Instalaciones internas después de la intervención
“Vendiendo mis helados contribuyo con mi familia”
“Antes hacía helados para vender” y con tantas interrupciones diarias de más de 10 horas de servicio energético, Doña Ana, una mujer de escasos recursos, dejó de vender helados.
Luego del Programa de Rehabilitación de Redes Eléctricas su familia forma parte de los 5,594 hogares beneficiados que reciben un mejor servicio de energía eléctrica. Desde el 30 de agosto 2017 cuenta con electricidad continua 24 horas al día. Ana volvió a vender sus helados de coco y batata.